Quien se deja querer se engrandece y engrandece al que le quiere; quien se deja querer se deja modelar, cambiar, aconsejar; quien se deja querer no pone trabas, no dificulta las cosas; quien se deja querer lo ve todo como gracia; no es mal pensado ni egoísta; quien se deja querer está contento y está siempre agradecido; quien se deja querer tiene brillo en la mirada… en cambio el que no se deja querer, tampoco suele querer, y si quiere lo hace a trozos o por etapas…
Déjate querer por Dios, déjate querer. Déjate amar por Dios…