lunes, 29 de noviembre de 2010

En fechas así

A mal tiempo, buena cara. Así lo afirma el refranero español y a eso nos enseña la vida. Ver la vida de otra manera es errar en el sendero.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Los pájaros cantan

No son los pájaros los que huyen de las ramas cuando éstas se parten, sino que cantan, aunque las ramas estén partidas.


Enviado por Argelio

jueves, 31 de diciembre de 2009

de Argelio

Feliz Año Nuevo y doy gracias contigo al Señor.
 
Gracias Señor, por el año que termina. Porque en Tu Misericordia me diste pan, trabajo, vida y amor. Gracias por los momentos de toda clase que me permitiste vivir, porque a través de ellos me hiciste recordar que sin Ti, nada soy.
 
Gracias Señor, por mi familia, amigos y compañeros. Perdona mi egoísmo, hipocresía y desamor que tuve con aquellos a quienes causé dolor. Dame tu gracia para vivir mejor los días que me concedas del año nuevo.
 
Gracias Señor, por todo lo que en este año me diste. Gracias por lo que me prestaste y luego me pediste.
Gracias Señor por haberme conservado la vida, por haberme dado techo, abrigo y sustento. Gracias por tu presencia.
 
Argelio

lunes, 19 de mayo de 2008

Por todas estas razones

POR TODAS ESTAS RAZONES...

· Si te aburre estar parado y te llena hacer algo por los demás...

· Si estás bautizado y Dios significa algo en tu vida...

· Si crees que hoy hay que proponer el evangelio a nuestra cultura...

· Si crees que servir es una palabra clave...

· Si estás dispuesto a ganar el ciento por uno...

· Si quieres hacer algo por tu tierra y optas por ella...

· Si consideras fundamental ser bueno y no confundirlo con ser un pardillo...

· Si eres de los que viven a conciencia la Semana Santa...

· Si buscas más sentido a tu vida del que te ofrecen por ahí...

· Si te notas algo más maduro en la fe que la mayoría...

· Si crees que la Iglesia tiene que dar un giro...

· Si ves a pocos jóvenes por tu parroquia...

· Si te atraen las causas justas...

· Si quieres ganarte el cielo y regalar más cielo a los demás...

· Si sientes que Dios te llama...

TE QUEDA CUERDA PARA RATO. HAZTE CURA.

sábado, 17 de mayo de 2008

Amar es una decisión

AMAR ES UNA DECISIÓN

1.- Un esposo fue a visitar a un sabio y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse.

El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra: "Ámala". Luego se calló.

"Pero es que ya no siento nada por ella", insistió el esposo.

"Ámala", respondió el sabio.

Y ante el desconcierto del esposo, después de un oportuno silencio, el viejo sabio agregó lo siguiente: "Amar es una decisión, no un sentimiento. Amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo que invita a la acción y el fruto de esa acción es el Amor. El Amor es un ejercicio de jardinería: arranca lo que hace daño, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega y cuida. Debes estar preparado porque habrá plagas, sequías y exceso de lluvias... más no por eso abandones tu jardín. Ama a tu pareja, es decir, acéptala, valórala, respétala, dale afecto y ternura, admírala y compréndela. Eso es todo: ¡Ámala!”

2.- El amor es la base de la familia; el amor en palabras de San Pablo a los Colosenses, es el ceñidor de la unidad. Del amor nacen la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión, todas las virtudes que adornan y sostienen la vida del matrimonio y la comunidad. Si falta el amor todo se derrumba.

Pero, ¿qué es amar? No es "poseer" al otro, no es "utilizar" al otro, no es "servirse del otro". Amar es darse, entregarse, es una "autodonación" de tu propia vida. Es tener al otro como en un pedestal valorando todo lo bueno que tiene y disculpando sus defectos, ¿quién no los tiene? Algunos se empeñan en poner en crisis la familia, sin darse cuenta de que si la familia se viene abajo se derrumba también la sociedad. Pero el amor sigue reinando, a pesar de todo.

3.- Nazaret es la primera escuela de amor. Hoy día la familia sigue siendo la primera escuela, donde el niño se impregna de los auténticos valores. Los niños son esponjas, que observan e imitan lo que hacen los padres.

La familia es la primera escuela de educación en la fe, es donde se asume la actitud ante la sociedad y el prójimo. Los hijos aprenden a amar en cuanto son amados gratuitamente, aprenden el respeto a otras personas en cuanto son respetados, aprenden a conocer el rostro de Dios en cuanto reciben su primera revelación de un padre y una madre llenos de atenciones. Cuando faltan estas experiencias fundamentales es el conjunto de la sociedad el que sufre la violencia y se vuelve, a su vez, generador de múltiples violencias.

El consumismo, el individualismo, la incomunicación, la falta de maduración son los auténticos enemigos de la familia. Esto hace que muchas personas busquen únicamente su propio bien o interés personal, arrinconando a los ancianos porque estorban, retrasando la llegada de los hijos porque son una carga para "el disfrute de la vida".

La familia de Nazaret pasó por muchas dificultades económicas y sociales, pero todo lo superó porque estaba cimentada en la roca firme del amor y de la confianza en Dios. No seamos pesimistas, pues sigue triunfando el amor y nadie podrá detener la energía y el calor que irradia un hogar donde se vive de verdad la mutua entrega.

sábado, 10 de mayo de 2008

Esto es ser cristiano

Esto, entre otras cosas, es ser cristiano y lo demás son cuentos...

Nota: Esto es para que te analices, no para que, excluyéndote tú, te dediques a investigar quién de las personas que te rodea falla en estas cosas. Ten cuidado que para ser fariseo no hay que hacer muchos pinitos...

I. PRIMER MANDAMIENTO: “Entra dentro de ti y mírate”. Ya sabemos que aquel de allí es un demonio. Pero, ¡hombre! ¡Tú tampoco es que huelas a incienso! Deja de pensar que si fulano es así o mengano asao... ¡que a lo mejor tú tampoco te libras de la quema!

II. Si no estás dispuesto a cumplir el PRIMER MANDAMIENTO, entonces no sigas leyendo lo que viene a continuación porque ¡esto de ser cristiano no es lo tuyo! Y... ¡ojo con justificar algunas de tus posturas!, que lo malo nunca se puede justificar...

III. Sé lo más comprensivo que puedas con la gente. No existe “mala leche”. Lo que existen son personas que RECLAMAN CARIÑO. Y, cuando no lo obtienen, se cabrean o reaccionan de forma aparentemente “anormal”: me cabreo, critico, le machaco, pego cuatro voces...

IV. Si a todo el mundo le gusta que le quieran, pues, vamos a dar cariño. ¡Vamos!, digo yo, ¿no?

V. Si escuchas un comentario bueno sobre otra persona, házselo llegar. Y si escuchas uno malo, cállatelo. O, mejor aún, dile a quien lo ha dicho que se lo diga al interesado en vez de al resto que, como dice el dicho: “el cornudo es el último en enterarse”.

VI. No hay oficio más bonito que el de unir a las personas. ¿Lo has aprendido ya? Únete al vecino y luego... une al resto.

VII. Cuando tengas que decir alguna verdad, dila. Pero, ¡con cariño! Que a veces se dice con tonos un poco subiditos y, en ocasiones,... aunque sea contradecir el tercer mandamiento, ¡con mala leche!

VIII. Sé positivo y saca a relucir lo bueno de los demás y de las situaciones. ¡No seas negativo! ¡Que nadie tiene la culpa de que estés “amargao” contigo mismo!

IX. Si en algún momento desearías decir a una persona algo, ¡no esperes a que se colme el vaso! ¡Hábla cuanto antes! Porque si no lo haces empiezas a ser cómplice del mal que hace el otro. Además, el otro te puede echar en cara que por qué no se lo dijiste antes... ¡y tiene razón!

X. ¡Deja de mirarte al ombligo! La mayoría de los males, por no decir todos, se solucionan cuando me preocupo por hacer feliz al vecino.

XI. Sé delicado y suave en el trato. ¡Que a veces parece que nos han “clonao” con un cactus!

XII. Si alguien te pide perdón... ¡no sigas echando leña al fuego!... ¡Viva la paz!

XIII. Aprende a ponerte en el lugar del otro. Lo más importante es amar, dar cariño, que la otra persona se sienta querida... Si descubres esto con el corazón... “¡te ha tocado la lotería!”

XIV. ¡No pongas etiquetas a la gente! Que para quitarlas vino Jesús. Deja de juzgar que equivocarse sobre uno es la cosa más fácil. Además, no puedes reducir una persona a una, dos o tres etiquetas. Por otro lado, las etiquetas, cuando son negativas,... ¡matan!

XV. Si alguien te hace algo malo... ¡VÉNGATE!.. Véngate tratando a esa persona lo mejor posible cuando esté a tiro. Esta venganza no la aguanta nadie. En todo momento haz aquello que crees que está bien, independientemente del comportamiento de la gente.

XVI. LO MÁS IMPORTANTE: “Que todos seamos uno”. Quien lucha por la unidad es de Dios y sus frutos son la calma, la mansedumbre, la bondad, la felicidad, la PAZ. Quien provoca divisiones no es de Dios y sus frutos son la guerra, el odio, el rencor, la desconfianza, la murmuración, la destrucción, la crítica,... la INFELICIDAD.

Todos estos mandamientos se encierran en dos: ¡Deja de enojarte y pelearte por TONTERÍAS y preocupate por dar cariño hasta que no puedas más!, que el secreto para ser felices es más sencillo de lo que parece... Por cierto, ¿no será que a veces no nos damos cuenta porque somos un poco complicados?

«EL AMOR HACE SIEMPRE LAS COSAS NUEVAS»

Oración por mi Parroquia

Oración por mi parroquia


Jesús, ésta es hoy mi oración:
Gracias por mi
parroquia.
¡Estoy recibiendo tanto de ella!
¡Tengo tanto que agradecerle!

En ella te estoy descubriendo,
en ella estoy aprendiendo a amarte y a seguirte.
Desde ella escucho tu Buena Noticia,
desde ella recibo el pan necesario para el camino.

Cuando me canso, me deja su palabra de ánimo,
cuando me caigo, me entrega tu perdón.
Cuando me siento débil, ella me fortalece,
cuando me duermo, ella me despierta.

Gracias, Señor, por mi parroquia,
gracias por los niños y los jóvenes,
por los mayores y los ancianos.
Todos, formamos tu Comunidad, tu Iglesia.

También hoy quiero pedirte por ella, Señor,
por sus grupos y actividades, por su gente.
¡Cuánto me ayudan!
Que seamos un rincón cálido,
un lugar donde nos queramos y respetemos,
un espacio donde vivamos como hermanos,
donde, unidos, nos esforcemos por tu Reino.

Y te ruego algo más, con la fuerza de que soy capaz.
Que mi parroquia no luche por sí y por su causa.
Se empeñe, más bien, en Ti y en tu causa.

Que no destaquemos por hacer muchas cosas,
por ser muchos e importantes.
Que nos conozcan, Señor, por vibrar y soñar
con lo que tú vibraste y soñaste.

Jesús, te doy gracias por mi Parroquia.
Jesús, te pido por mi Comunidad.
Ella es el camino,
Tú, la meta y el horizonte.
Amén

Nuestra Señora de Fátima

Nuestra Señora de Fátima

Fátima es otro gesto de amor de la Virgen María, la Madre de Dios, hacia nosotros, sus hijos del tercer milenio. Si bien las apariciones se dieron lugar en las primeras décadas del siglo XX sigue siendo muy actual el mensaje que nos dejó por medio de aquellos tres pastorcitos portugueses: la conversión de nuestros corazones.

La situación del año 1917 era conflictiva: plena guerra mundial, la revolución que cambiaría la historia de Rusia y del resto del mundo era inminente... y es este contexto en el que la Virgen decide visitar cerca del pueblo de Fátima, a tres chicos campesinos: Lucía, Francisco y Jacinta, tres chicos menores de diez años. Tres chicos analfabetos y con una instrucción religiosa básica, pero con un cariño por las cosas de Dios, con una actitud misteriosamente grande frente a lo sobrenatural.

Antes de aparecérseles la Virgen, Dios quiso prepararlos con la visión de un ángel: él mismo los invitaba a la conversión, a adorar y a amar a Cristo por todos aquellos que no lo hacían.

Pero sus vidas cambiarían definitivamente el 13 de mayo de ese año. Era un domingo y, después de ir a misa con sus padres, llevaron a pastar las ovejas a un terreno perteneciente a la familia de Lucía. Allí jugaron durante un rato hasta que algo extraño sucedió. Contó Lucía más tarde:

«-Está relampagueando- dije. Puede venir una tormenta. Es mejor que nos vayamos a casa

-¡Oh, sí, esta bien! contestaron mis primos.

Comenzamos a bajar el cerro llevando las ovejas hacia el camino. Cuando íbamos por mitad de la pendiente, cerca de una encina, que aun existe, vimos otro relámpago, y habiendo dado algunos pasos mas vimos sobre la encina una Señora vestida de blanco, más brillante que el sol, esparciendo luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina atravesado por los rayos mas ardientes del sol. Estábamos tan cerca que quedamos dentro de la luz que Ella irradiaba. Entonces la Señora nos dijo:

No tengáis miedo. No os hago daño».
-Yo le pregunté: ¿De dónde es usted?
-«Soy del Cielo».
-¿Qué es lo que usted me quiere?
-«He venido para pediros que vengáis aquí seis meses seguidos el día 13 a esta misma hora. Después diré quien soy y lo que quiero. Volveré una séptima vez».
-Pregunté entonces: ¿Yo iré al cielo?
-«Si irás»
-¿Y Jacinta?
-«Irá también»
-¿Y Francisco?
-«También ira, pero tiene que rezar antes muchos rosarios»

(...)

Y entonces dijo:-«Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que El quisiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?»
-Sí, queremos.
-«Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá»

Diciendo esto la Virgen abrió sus manos por primera vez, comunicándonos una luz muy intensa que parecía fluir de sus manos y penetraba en lo mas intimo de nuestro pecho y de nuestros corazones, haciéndonos ver a nosotros mismos en Dios, más claramente de lo que nos vemos en el mejor de los espejos. Entonces, por un impulso interior que nos fue comunicado también, caímos de rodillas, repitiendo humildemente:

-Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento.

Después de pasados unos momentos Nuestra Señora agregó:

-«Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra».

Acto seguido comenzó a elevarse serenamente, mientras la luz que la circundaba parecía abrirle el camino.

Al mes siguiente los pastorcitos no faltaron a la cita de honor, pero esta vez no estaban solos:

«Después de rezar el rosario con otras personas que estaban presentes (unas 50) vimos de nuevo el reflejo de la luz que se aproximaba, y que llamábamos relámpago, y en seguida a Nuestra Señora en la encina, todo como en mayo. -¿Qué es lo que quiere? -pregunté
Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el rosario todos los días y que aprendáis a leer. Después diré lo que quiero además»
-Le pedí la curación de una enferma. Nuestra Señora respondió:
-«Si se convierte se curará durante el año»
-Quisiera pedirle que nos llevase al cielo.
-«Si, a Jacinta y a Francisco los llevaré en breve, pero tu te quedarás algún tiempo mas. Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar. Quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien le abrazare prometo la salvación y serán queridas sus almas por Dios como flores puestas por mi para adornar su Trono.»

En ese momento abrió las manos y nos comunicó por segunda vez el reflejo de la luz inmensa que la envolvía. Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de la luz que se eleva hacia el cielo y yo en la que se esparcía sobre la tierra. Delante de la palma de la mano derecha de nuestra Señora estaba un corazón rodeado de espinas que parecían clavarse en él. Entendimos que era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecadores.

Como aquella vez, en todas las apariciones la Virgen fue solicitando a los pastorcitos el rezo del Rosario y la reparación de los pecados cometidos contra Dios y contra el Inmaculado Corazón de María.

En la última visita, el 13 de octubre de 1917, se confirma de un modo milagroso que las apariciones tenía el sello de Dios:

«Había gente en masa (70.000) bajo una lluvia torrencial. Por el camino, las escenas del mes pasado, más numerosas y conmovedoras. Ni el barro de los caminos impedía a la gente arrodillarse en actitud humilde y suplicante.

Llegando a Cova de Iría, junto a la encina, pedí al pueblo que cerrasen los paraguas para rezar el Rosario. Poco después vimos el reflejo de luz y en seguida a la Virgen sobre la encina.

-¿Qué es lo que usted quiere?
-«Quiero decirte que hagan aquí una capilla en honor mío, que soy la Señora del Rosario, que continúen rezando el Rosario todos los días. La guerra esta acabándose y los soldados pronto volverán a sus casas.»
-¿Curará a los enfermos?
-«Unos si y otros no; es preciso que se enmienden; que pidan perdón de sus pecados.

Tomando aspecto más triste dijo: Que no se ofenda mas a Dios Nuestro Señor, que ya es muy ofendido.»

Y abriendo sus manos las hizo reflejar en el sol y, en cuanto se elevaba, continuaba el brillo de su propia luz proyectándose en el sol.

Y exclamé que todos mirasen al sol. La lluvia cesa y el sol por tres veces gira sobre si mismo, lanzando a todos los lados fajas de luz de variados colores. Parece a cierta altura desprenderse del firmamento y caer sobre la muchedumbre. Todos están atónitos. Los periodistas de los periódicos que habían acudido incrédulos a desprestigiar las apariciones, tomaron fotos y dieron testimonio de aquel milagro en la prensa.

Al cabo de 10 minutos de prodigio el sol toma su estado normal. El milagro del sol implantó para siempre el culto a Nuestra Señora de Fátima. Pablo VI definió el mensaje de Fátima como un mensaje de «oración y penitencia».

Las apariciones de la Virgen en Fátima nos pone de nuevo frente al misterio del Amor de Dios que quiso que su Hijo nos salvara y que Santa María intercediese por cada uno de nosotros. Por eso Fátima es un regalo del Cielo, una forma cariñosa de Nuestra Madre para que aprendamos a ver el mundo con los ojos de Dios, a comprender que debemos empezar con confianza, seriedad y alegría nuestra misión en la tierra y no perder nunca la mirada en la Eternidad.

Rezar ¿cambia las cosas?

REZAR ¿CAMBIA LAS COSAS?


Dicen que rezar cambia las cosas, pero ¿es REALMENTE cierto que cambia algo?

¿Rezar cambia tu situación presente o tus circunstancias? No, no siempre, pero cambia el modo en el que ves esos acontecimientos.

¿Rezar cambia tu futuro económico? No, no siempre, pero cambia el modo en que buscas atender tus necesidades diarias.

¿Rezar cambia corazones o el cuerpo dolorido? No, no siempre, pero cambia tu energía interior.

¿Rezar cambia tu querer y tus deseos? No, no siempre, pero cambiará tu querer por el querer de Dios.

¿Rezar cambia cómo va el mundo? No, no siempre, pero cambiará los ojos con los que ves el mundo.

¿Rezar cambia tus culpas del pasado? No, no siempre, pero cambiará tu esperanza en el futuro.

¿Rezar cambia a la gente a tu alrededor? No, no siempre, pero te cambiará a ti, pues el problema no está siempre en otros.

¿Rezar cambia tu vida de un modo que no puedes explicar? Ah, sí, siempre. Y esto te cambiará totalmente.


Entonces, ¿rezar REALMENTE cambia ALGO? Sí, REALMENTE cambia TODO.

lunes, 14 de noviembre de 2005

Un oasis en el desierto


Un oasis en el desierto

Busco. buscamos. Buscáis. Buscas.
Todo es una búsqueda. Siempre buscando. Siempre en búsqueda. Así podróa ser calificada la vida: una carrera sin fin llena de búsquedas.

Busca alimento el hambiento. Busca libertad el anjaulado. Y el esclavo. Busca honores el creído. Y con él también el vanidoso. Y el soberbio. Y el fariseo.

Busca poder el que no puede nada y el que puede mucho. Y el que ha sido humillado. Y el que preside un partido. Y con él todos sus votantes. Busca ganar el jugador. Y vencer el derrotado. Y suerte el desgraciado.

Busca salud el enfermo. Y el médico. Y con ellos la familia. Busca placer el lujurioso.

Busca. Busca. Busca cobijo el huérfano. Y abrigo el que tiene frío. Y frecor el que está fatigado. Y descanso. Y agua el que tiene sed.

Busca estima el niño. Y hospitalidad el emigrante. Busca alcohól el bebedor. Y droga el que ya no busca otra cosa. Y sexo.

Busca alivio el dolorido. Y consuelo el que llora. Y misericordia el que peca. Y casa el desamparado. Y amparo el desausiado.

Busca clemencia el reo. Y el arrepentido, perdón. Y confesión el pecador. Y salario el obrero.

Busca donde robar el ladrón. Y donde esconderse el fugitivo. Y sombra el caminante. Y donde dormir el transeunte.

Busca. Y siempre buscando. Y sin saber muy bien qué. Ni por qué. Ni para qué. Ni donde. Ni con quién. Siempre buscando.

Siempre buscando ese oasis inabarcable se sosiego que calme todas las ansias de un sediente ser humano que vaga por este inmenso y desalentador desierto sin rumbo fijo.

Y sin embargo ese oasis está mas cerca de lo que muchos pudieran imaginar: en su propio corazón.

jueves, 27 de octubre de 2005

Soñar un mundo cristiano


Soñar un mundo cristiano

Mirar para la Alcaldesa y no ponerse a soñar, mirarla a la cara y no emocionarse, no parece que sea, entre los comportamientos comunes de los hombres, el mas habitual. Y, si a quien uno mira es, a la vez, madre, no veas la de cosas que uno puede llegar a imaginar.
Por eso, quiero hacer esta noche un ejercicio de imaginación sobre mi pueblo de Los Silos, y sobre cada uno de los silenses, protegidos y honrados por la que es, desde hace 50 años de manera oficial, y casi 500 de manera real, la Alcaldesa Honoraria y Perpetua de esta Villa, la Villa de la Luz, como a mi me gusta llamarla.
¿Cómo sería mi pueblo, si la Alcaldesa fuera ella? O mejor, ¿cómo le gustaría a ella que fuéramos y viviéramos los hijos de los Silos?
Un pueblo que tiene a la Virgen como Alcaldesa, tendría que ser un pueblo que huye de la vulgaridad y de la apatía como se huye del fuego y del granizo.
Un pueblo que tiene a la Virgen de la Luz como Alcaldesa, tendría que ser un pueblo que ame a la familia, que valore el vínculo matrimonial como lazo estrecho de amor y fidelidad, bendecidos por Dios.
Un pueblo que tiene a la Virgen de la Luz como Alcaldesa, tendría que ser ejemplo de sanas costumbres, esas que hemos heredado de nuestros antepasados y que han logrado que nos podamos presentar ante quien sea y donde sea, presumiendo de ser silenses, sin que se nos caiga la cara de vergüenza.
Un pueblo que tiene a la Virgen de la Luz como Alcaldesa, tendría que ser... un pueblo que tuviese el amor como punto de referencia de todas las decisiones. En el que todo nacería de la Eucaristía, porque es la Eucaristía el exponente máximo del amor. La misa sería el centro de la vida de cada silense, de cada familia, del mundo del trabajo, del mundo de la docencia, del mundo de la política, y del mundo de la sanidad. Todos acudirían a celebrar con amor el misterio de la muerte y resurrección de Cristo. La semana recibiría luz y sentido desde la experiencia dominical, desde el Evangelio escuchado y el amor recibido en el momento íntimo, profundo, eclesial, de la comunión eucarística.En este pueblo soñado no habría odios, ni enfrentamientos políticos, ni viejos rencores. Alguna discusión se escaparía, quizá un rato de rabia, pero el perdón cubriría todo, y la justicia reinaría en lo más profundo de cada corazón.Los esposos se amarían, sin egoísmos, sin celos. Ella pensaría en hacerle feliz a él, y él no se dejaría ganar en generosidad. Acogerían con amor cada hijo que Dios les concediese. También si viene enfermo, también si va a significar un mayor esfuerzo para toda la familia.
Un pueblo que tiene como Alcaldesa a la Madre de Dios, no olvidaría a los abuelos: irían a visitarlos, los invitarían a casa, les darían un lugar principal en el hogar. Educarían a los hijos a la alegría, a la esperanza, a la ayuda mutua, a la donación a los demás. No permitirían imágenes o escenas en televisión que hablen de odio, traición, infidelidad o placeres egoístas.Sigamos soñando, porque soñar no cuesta nada.
Los hijos obedecerían con cariño, pensarían cómo hacer más feliz a sus padres, se ayudarían entre sí, trabajarían juntos para el bien de la familia. Escucharían con afecto a los abuelos, buscarían ratos para estar con ellos. Irían a visitar a los ancianos que viven solos, a los enfermos que pasan horas y horas en espera de alguien que les dé consuelo. Los ancianos harían todo lo posible para no exasperar a sus hijos. Buscarían mil maneras ingeniosas para ayudar con discreción y ofrecer esa sabiduría madurada con el paso de los años y los ratos de oración ante el Sagrario.
En un pueblo en el que la Alcaldesa es la Virgen del cielo, las viviendas no serían bloques de existencias aisladas en las que el saludo se cruza solamente desde la ventana o la escalera. Cada vivienda sería una comunidad de afecto en las que todos pensasen en el vecino anciano, en el vecino enfermo, en el que necesita un poco de aliento para esa pena que le acongoja.En un pueblo en el que la Alcaldesa es la Madre del creador, los jefes, los encargados, las gobernatas... evitarían cualquier abuso, cuidarían que el salario fuese justo, pensarían en las familias de sus joranleros y buscarían mil maneras ingeniosas para ayudar sin ofender al que se encuentra en una situación difícil. Los empleados, obreros, oficinistas, respetarían a sus jefes, buscarían cómo hacer más fácil la tarea directiva. El salario que llegase a sus bolsillos sería para la familia, y sólo en familia verían cómo hacer que ese dinero ayudase a los de casa y a los de lejos (sin olvidar antes a ese vecino que pasa por un problema de escacez).En un pueblo en el que la Alcaldesa es la Virgen María, los empresarios no vivirían sólo para acumular dinero, vencer a la competencia y dominar el mercado. Su ilusión sería dar más trabajo, con mejor seguridad, en un clima de amor y de respeto.
En un pueblo en el que la Alcaldesa es la Virgen María, los médicos y enfermeras amarían a los enfermos, se preocuparían por ellos. Verían en cada uno a Cristo sufriente, y los tratarían como a hermanos, sin quejas, sin prisas, sin protestas. Los enfermos, a su vez, ofrecerían sus dolores a Dios por tantos hombres y mujeres que no tienen esperanza, que no aman, que no conocen el sentido de la vida ni la belleza de sus almas. Los enfermos sabrían esperar, con paciencia, la llegada de su turno, y algunas veces intentarían hasta consolar al mismo médico que llora su impotencia ante algún caso grave.En un pueblo en el que la Alcaldesa es la Virgen María, los políticos serían transparentes, trabajarían por el bien del pueblo, de los pobres, los marginados, los enfermos... anteponiendo estos ideales a los del partido. Harían maravillas para que el enfermo fuese bien atendido, la familia bien protegida, para que el joven no se estropee, para mejorar las calles, para hacer que los parques y el aire limpio alegrasen la vida de los pequeños, los medianos y los grandes.
Un pueblo que se goza con tal Alcaldesa, tendría también un pastor que apaciente al rebaño del Señor con toda eficacia, con toda madurez, buscando siempre los mejores pastos y las fuentes de aguas mas cristalinas.
Un pueblo que tiene a la Virgen de la Luz como Alcaldesa, tendría que ser... tendría que tener...
Hemos soñado un poco.
Pero, llega la hora de despertar, de mirar afuera, a la realidad, y de encontrar los males de siempre y las penas que no acaban. Quizá condenemos a aquel que presume de cristiano pero vive como pagano, o a quel otro que va a misa y luego... o al político que... o al cura aquel que... Quizá nos quejemos incluso ante Dios por un mundo que pudo haber sido un poco mejor, más justo, más llevadero... y no lo es.Haríamos bien en no juzgar, ni a Dios ni al hermano. Tendríamos que mirar adentro, a ese corazón nuestro, de cada uno, que muchas veces sueña el bien y no lo hace, que se ilusiona con lo noble y sin embargo persigue luego un placer amargo o unos dineros ganados a escondidas...Sabemos que el sueño, sueño es, pero puede ser menos sueño si ahora mismo dejo ese proyecto de egoísmos apatía y empiezo a mejorar mi cariño aquí, en la iglesia, en casa, entre los míos. O allá, entre la gente con la que viajo, en el lugar donde trabajo, en ese encuentro fortuito con alguien que también espera este día, para ser, de veras, más cristiano, más bueno, mejor persona. Así podremos imitar un poco a esta Alcaldesa bonita que es la madre de un pueblo, la madre de mi pueblo de la Luz, mi pueblo de Los Silos. Y a ese Padre bueno de los cielos que no ha dejado ni un día de amarnos con locura, porque seguimos siendo sus hijos predilectos... Viva la Virgen de la Luz.

sábado, 22 de octubre de 2005

Me gusta el gladiolo


ME GUSTA EL GLADIOLO

Están sonando las cuatro en el reloj de la iglesia cuando se me ocurrió ponerme a escribir una carta ¡qué atrevimiento el mío! a una flor esbelta y larga, llena de colorido y hermosura. Su nombre es gladiolo.
Me gusta esta flor porque florece en cualquier época del año, porque mira el cielo con frescor, porque rompe el suelo con fuerza, porque resulta fácil de ver, porque no es difícil de encontrar. Me gusta porque no presume ni es engreída. No es altanera ni arrogante. Me gusta así. Me gusta que sea así. Me gusta la gente así.
Sí, me gusta la gente que sea así, como mi flor, espiritual, con idealismo en los ojos y con los pies en la tierra.
Me gusta la gente que ríe, que llora, que se emociona con una simple carta, con una llamada, con una suave canción, con una buena película, con un buen libro, con un gesto de cariño, con un abrazo, como mi gladiolo.
Me gusta la gente que ama y tiene nostalgias, que gusta de los amigos, que cultiva flores, que ama los animales, que admira paisajes, que entiende la poesía, que sabe escuchar. Me gusta la gente que tiene tiempo para sonreír, para pedir perdón, para repartir ternuras, para compartir vivencias y tiene espacio para las emociones, emociones que fluyen naturalmente de adentro de su ser, de su sótano hasta el piso más alto, como mi gladiolo, que desde el fondo de la tierra eleva su savia hasta el último de sus pétalos.
Gente que le gusta hacer las cosas que le gustan, sin rehuir las dificultades, por más desgastantes que sean, como mi flor, que sabe hacer ramo con el helecho y con la espina de la rosa. Me gusta la gente que ayuda, que orienta, que entiende, que aconseja, que busca la verdad y siempre quiere aprender, aunque sea de un niño, de un pobre, de un analfabeto.
Gente de corazón desarmado, con mucho amor dentro de sí. Gente que se equivoca y lo reconoce, que cae y se levanta, que asimila los golpes, tomando lecciones de los errores y haciendo redimir sus lágrimas y sufrimientos. Me gusta mucho la gente así...

Con el Teide al fondo

CON EL TEIDE AL FONDO

Amaneció hoy muy despejado el día.
Descorro las cortinas de mis ojos, abro mis ventanas cerradas, afino mi atención... y veo, allá arriba, cómo se asoma cada día a mi ventana alguien para regalarme una sonrisa. Gracias, Teide, gracias.
¡Qué bonita la estampa que me brindas!
Tan grande, tal alto... tan hermoso. Me das paz, me enseñas los secretos de la vida, me seduces. Te me pareces a la novia del mundo, toda adornada de flores, las nubes por velo, las brumas por diadema.
Me inspiras confianza ¿sabes?.
Me consuela tu silencio y tu prudencia. ¡Tan grande y a la vez tan humilde! Me sorprendes cada día. No gritas, no impones, no atropellas. Nunca te he visto violento.
¡Tu grandeza es tu sencillez! ¡Tu virtud es el silencio de tu boca!
¡Cuánta alegría repartes a quienes te entienden!. Juegan contigo, se sientan en tu regazo, te hacen cosquillas, se recuestan sobre tu pecho, se suben a tus espaldas, se arrullan a tus pies... Muchos hasta lloran emocionados a tu lado, con sólo ver tu belleza. Se sientan a comtemplarte, se regocijan mirándote, comen contigo... ¡Cuánta paz has regalado desde siempre!
Gracias, Teide, por ser quien eres. Me inspiras confianza, créeme. Te me pareces a Dios